El Papa Francisco vs el Gobierno Kirchnerista

15.03.2013 11:41

Ayenmarienmy Delgado

Fuente: BBC Mundo

 

Desde la elección del nuevo Papa Francisco el pasado miércoles, muchos han sido los comentarios y la ola de polémica que se ha generado en torno a las preferencias políticas del ahora Sumo Pontífice, de la misma manera que su implicación con una serie de hechos que en otrora el fallecido Nestor Kirchner lo tildó de Jefe de la Iglesia Opositora de Argentina.

Es un secreto a voces que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el papa Francisco no son los mejores amigos.

El recién elegido Papa, que fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante 6 años, criticó abiertamente muchas de las decisiones políticas del gobierno de Fernández de Kirchner.

La tensión se hizo claramente manifiesta con motivo de la aprobación, en 2010, del matrimonio entre personas del mismo sexo en Argentina. Pero las diferencias venían de antes.

Choques con Néstor Kirchner

El expresidente argentino, Néstor Kirchner, fallecido en octubre de 2010, llegó a calificar a Jorge Mario Bergoglio de “jefe espiritual de la oposición política”.

“Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas”

El distanciamiento comenzó un año después de la llegada de Néstor Kirchner al poder en 2003. En una de sus homilías, Bergoglio cuestionó “el exhibicionismo y los anuncios estridentes de los gobernantes”, en un mensaje que, sin citarlo, parecía dirigido al entonces presidente.

En 2005, Kirchner anunció que no acudiría al tedeum que cada 25 de mayo se celebra en la Catedral de Buenos Aires con motivo de la conmemoración del Primer Gobierno patrio del país. Meses después, el portavoz de Bergoglio anunciaba que “no hay relación de la Iglesia con el Gobierno”.

Desde entonces, las relaciones no hicieron sino empeorar, agravadas por el recelo del Kirchner, quien consideraba que Bergoglio estaba articulando un proyecto de oposición. “Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas”, llegó a declarar el exmandatario.

El campo de la división

Con la llegada de Cristina Fernández a la presidencia en 2007, la celebración del tedeum sirvió nuevamente como termómetro para medir el grado de confrontación entre Bergoglio y el gobierno.

Como explica desde Buenos Aires Veronica Smink, periodista de BBC Mundo, “la presidenta siempre evita ir a la Catedral de Buenos Aires para no escuchar las críticas de Bergoglio sobre la pobreza”.

Pero no fueron tanto las denuncias de Jorge Mario Bergoglio sobre la pobreza y la desigualdad las que ensombrecieron la relación entre gobierno e Iglesia Católica.

En marzo de 2008, pocos meses después de asumir la presidencia, Fernández de Kirchner presentó la Resolución 125, con la que se aplicaba un nuevo sistema de retenciones móviles a las exportaciones de cuatro productos y sus derivados: soja, girasol, maíz y trigo.

Esta medida desató una de las peores crisis a la que se ha enfrentado el gobierno de Fernández de Kirchner. Las cuatro organizaciones que reúnen al sector empleador de la producción agro-ganadera en el país convocaron un paro patronal, con bloqueo de rutas, que se prolongó por 129 días.
Finalmente, la Resolución quedó sin efecto por el voto de desempate del entonces vicepresidente argentino, Julio Cobos, quien era presidente del Senado.

Smink recuerda que, durante el conflicto agrario, Bergoglio se posicionó a favor de los productores agrarios y mantuvo reuniones con la cúpula del agro. Además, le pidió a la presidenta “un gesto de grandeza” para desbloquear el conflicto.

Néstor Kirchner renunció a asistir al tedeum de 2005 por las críticas vertidas anteriormente por Bergoglio. Después del voto “no positivo” de Cobos, Bergoglio se reunió con el vicepresidente.

Para el sociólogo Juan Nicolás, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, “el gesto de Bergoglio marcó lo que sería la relación entre el Episcopado argentino y el gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que el mandato de Cristina Fernández no había hecho sino empezar”.

Desavenencias en temas sociales

El gobierno y el cardenal lograron superar el bache de entonces, pero la relación no llegó a cuajar. El desacuerdo más grande se produjo en julio de 2010 con motivo del matrimonio entre personas del mismo sexo.

El 9 de julio, apenas una semana antes de la aprobación del matrimonio igualitario, Bergoglio escribió una carta pastoral en la que criticaba duramente la iniciativa.

 

“No se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo”

“Aquí también está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra.

“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es solo el instrumento) sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”, denunciaba Bergoglio.

La respuesta de la presidenta no se hizo esperar. “Me preocupa el tono que ha adquirido el discurso, se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está”, declaró.

La cuestión del aborto, sin embargo, no ha llegado a ser motivo de conflicto puesto que la propia presidenta no es partidaria de la interrupción del embarazo y frenó el proyecto de ley para su despenalización.